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Solo le faltaba la voz, por José Miguel Núñez

El 5 de diciembre celebramos la festividad de don Felipe Rinaldi. Aprovechamos esta entrada de don José Miguel Núñez, en Vivir de otra manera para recordar al tercer sucesor de Don Bosco...
En 1929, Don Juan Bautista Francesia, salesiano poeta, escritor y conocedor como nadie de los orígenes de la Congregación, escribió:
“A Don Rinaldi sólo le falta la voz de Don Bosco, todo el resto lo tiene”.
¿Quién era aquel que merecía tal elogio de uno de los muchachos que mejor conoció a Don Bosco y fue protagonista en primera línea de los comienzos de nuestra familia?
Tenemos que remontarnos mucho tiempo atrás. En 1866, un pequeño estudiante de la casa salesiana de Mirabello se encontraba por primera vez con Don Bosco. El santo sacerdote, de visita en la casa, tuvo la ocasión de encontrarse con los jóvenes y dirigirles una buena palabra. Aquel encuentro quedó profundamente marcado en el corazón y en la mente de Felipe, que así se llamaba nuestro protagonista:
“Recuerdo como si fuera ayer – escribió Felipe muchos años más tarde, casi al final de su vida -, la primera vez que me encontré con Don Bosco siendo tan sólo un niño. Tenía poco más de diez años. El buen padre estaba en el comedor después del almuerzo, todavía sentado en la mesa. Con gran cariño se preocupó por mis cosas, me habló al oído y después de haberme preguntado si quería ser su amigo añadió, casi para solicitar una prueba de correspondencia, que al día siguiente fuese a confesarme con él”.
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