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10/mar 2015, Martes 3º de Curesma


Perdonar para ser perdonados

Se adelantó Pedro y preguntó a Jesús: "Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonar? ¿Hasta siete veces?"
Jesús le contesta: "No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Y a propósito de esto, el reino de los cielos se parece a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus empleados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El empleado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: «Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo». El señor tuvo lástima de aquel empleado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda.
Pero al salir, el empleado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba, diciendo: «Págame lo que me debes». El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba, diciendo: «Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré». Pero el se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: «¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo pediste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?» Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda. Lo mismo hará con vosotros mi Padre del cielo, si cada cual no perdona de corazón a su hermano".

Mateo 18, 21-35

Comentario (José Joaquín Gómez Palacios, sdbMateo adapta esta parábola a las necesidades de la comunidad cristiana a la que escribe su evangelio. Nunca sabremos cuál fue el contexto original en el cual Jesús pronunció esta parábola. Sabemos la aplicación que le dieron las primeras comunidades cristianas. V. 23: Por las palabras originales que emplea, nos hallamos ante la siguiente escena: Un rey está arreglando cuentas con los gobernadores de las diversas provincias que componen su reino. Estas cuentas hacen referencia al cobro de impuestos globales de la provincia, de los que era responsable en gobernador.
V. 24: Se le presentó uno que le debía 10.000 talentos. (Un Talento es equivalente a 26-36 kilos de oro o plata) Se trata de una cantidad fabulosamente grande. El "talento" es la mayor unidad de dinero existente en todo el Medio Oriente. Unos 260.000 kg. de oro. Traducido a nuestro poder adquisitivo actual equivaldría a una cantidad exageradamente simbólica.
V. 25: Para que pague la deuda, el rey sugiere que sean vendidas todas sus pertenencias, incluida su familia.
Esta dato nos sitúa ante un rey gentil (no-judío), puesto que la ley judía prohibía vender a la mujer y a los hijos. No obstante, ni con la venta de sus posesiones y familia se podía alcanzar la suma descrita, ya que un esclavo podía valer entre 500 y 2.000 denarios... Nos movemos entre cifras simbólicas...
V. 26: El deudor se postra en tierra y se abandona al perdón y a la misericordia del rey... prometiendo devolver todo y gobernar bien la economía de su provincia.
V. 27: La bondad del rey brilla con luz propia, puesto que le perdona una cantidad astronómica.
V. 28: El gobernador perdonado, acto seguido, se encuentra con un empleado suyo que le adeuda 100 denarios: Traducido a nuestra economía: unos 2.400 euros. Sin compasión alguna, le encerrará en la cárcel...
V. 31: Los "compañeros" son el resto de gobernadores.
V. 34: "El gobernador despiadado entregó a su súbdito a los verdugos"... En el derecho judío está prohibida la tortura. En los pueblos limítrofes a Israel, existieron reyes que torturaron a sus gobernadores para que dijeran dónde habían escondido el dinero recaudado de impuestos.
"Entregarle a los verdugos hasta que pague la deuda"... contrasta con la benignidad mostrada por el rey unos versículos antes...
V. 35: Las primeras comunidades deben fundamentar su vida en el perdón. Deben repetir el gesto misericordioso de Dios. El educador cristiano fundamenta su acción en el perdón. Por encima de las leyes que regulan los procesos educativos, debe existir la misericordia, especialmente con aquellos chicos y chicas que presentan mayores dificultades.
Denario

En tiempos de Jesús la base monetaria era la romana, impuesta por el emperador Augusto. La moneda más corriente era el denario, consistente en una pieza de plata que equivalía al trabajo diario de un trabajador. Por encima del denario estaba el «áureo»; moneda de oro que se adquiría con 25 denarios. Por el debajo del denario estaba el «sestercio».
La moneda más pequeña era el «cuadrante». Traducido a nuestro valor adquisitivo:


1 áureo: unos 600 euros. (100.000 pesetas)
1 denario: unos 24 euros (4.000 pesetas)
1 sestercio: unos 6 euros (1.000 pesetas)
1 cuadrante: unos 0’3 euros (50 pesetas)


El talento no correspondía a ninguna moneda en concreto. Se utilizaba para designar una alta cantidad de oro o de plata. (26 a 36 Kg). Por ese motivo existían talentos de plata, de oro... e incluso de hierro. Respondía a la antigua costumbre de pagar a alguien pesando ante él el oro o la plata.

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