Durante estos días en los que contemplemos el Belén meditemos sobre el gran amor del Hijo de Dios, que ha querido habitar con nosotros.
Pidamos a Dios que el Nacimiento avive en nosotros la fe cristiana y nos ayude a celebrar más intensamente esta Navidad.
Lc 2,4-7a
Entonces subió José de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David, para ser empadronado con María, su mujer, desposada con él, la que estaba encinta.
Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días en que ella había de dar a luz. Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.
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