Fiesta de la Unión 2010

El domingo comienza con la celebración de la Eucaristía presidida por D. Eusebio López, director de la Casa y concelebrada por D. Leo Sánchez del Colegio Mayor. La monición de entrada; la participación en las lecturas, la oración de los fieles y las ofrendas y algunas referencias de D. Eusebio, destacan la Fiesta que celebramos, aunque, al final, eché en falta el Cantemos Hermanos.

Tras la Eucaristía nos dirigimos al Hotel Catalonia, para el almuerzo, al que pudo acompañarnos nuestro Inspector, D. Francisco Ruiz, junto a D. Leo. Tras los aperitivos, bajamos al Salón y en los postres nuestro presidente se dirigió a los asistentes para felicitarnos y dar la palabra al Sr. Inspector quien comenzó diciendo:
"No engaño a nadie si digo que vuestra Asociación es una de las que más vida tiene en la Inspectoría",
pensé que iba a decir en España,
"y esto os debe servir, no para relajaros, sino para continuar con vuestra labor dentro de la Familia Salesiana."

Continuó con un recuerdo para los que no han podido asistir, especialmente para quienes ya no están entre nosotros, pidiendo para ellos un aplauso.

Aunque la prudencia le llevó a no nombrar a nadie, imagino que a alguno de los asistentes, al igual que a mí, se le hizo un nudo en la garganta recordando a D. Rafael o a Mari Carmen Fernández, que nos han dejado durante este año. Han sido muchos los años que han vivido entre nosotros tirando del carro y recordé que cuando murió (D. Rafael), mis compañeros de promoción me preguntaron sobre él y les conté esto.

El siguiente aplauso fue para los asistentes a quienes pidió que continuásemos adelante en nuestro proyecto y por último, haciendo un guiño a la mesa de los más jóvenes, pidió un aplauso por el futuro.

Con la entrega de diplomas a los socios que cumplían 25 años y a los acompañaron a Sus Majestades los Reyes Magos se dio por concluido el almuerzo y fuimos al Santuario a la Basílica para una foto de grupo y, ahora sí, el Himno a Don Bosco. La tarde terminó con un convivencia en el Centro.

La cámara de José Luís Osorno se encargó de recoger las instantáneas