Aquí os dejo unas palabras que, sobre él, se han publicado en la web de la Inspectoría:
Don Cipriano González Gil, sdb D. CIPRIANO GONZÁLEZ GILSacerdote SalesianoFallecido en Sevilla el 27 de agosto de 2011
Don Cipriano había nacido en Ahigal de Villarino (Salamanca) el día 1 de julio de 1936, contando con 75 años en el momento de su muerte.
Atraído por D. Bosco, hizo su primera profesión religiosa el día 16 de agosto de 1955. Y el 8 de julio de 1961, con la profesión perpetua, entregaba su vida definitivamente al servicio de los jóvenes. El 27 de marzo de 1965 recibió el Orden del Presbiterado en Sanlúcar la Mayor (Sevilla). Desde entonces, sus manos, sus labios y su corazón han estado consagrados al ministerio presbiteral en varias casas: Sanlúcar la Mayor, Universidad Laboral de Sevilla, San José del Valle, Sevilla Teologado, Morón de la Frontera, Granada Virgen de las Nieves, Sevilla-Sede Inspectorial y a Sevilla - Pedro Ricaldone-, donde ha muerto, desde el 31 de julio de 2008 . Durante muchos años ha sumido responsabilidades diversas y muy importantes en nuestra Inspectoría: director, maestro de novicios, inspector, formador, consejero. Entras otras muchas cualidades, cabe destacar su bondad y sencillez.
Tras una larga vida dedicada al servicio de los jóvenes, 56 años como salesiano y 50 como sacerdote, Don Cipriano ha ido a la Casa del Padre que, con toda seguridad, lo ha recibido en sus brazos.
R.I.P.
Alejandro Gámiz (en facebook):
ResponderEliminarVaya tela. Mi pésame a la familia salesiana. Buen salesiano,abierto de mente, buena persona la que se nos ha ido. ¡Cómo la liábamos en la clase de religión...demasiado bueno era...¡Cipriano, un abrazo grande estés donde estés!
Juanma López (en facebook):
ResponderEliminarEra una muy buena persona, con bondad en Su mirada, en sus palabras y en sus actos. Eso nos transmitió.
Inmaculada Cabezas (en facebook):
ResponderEliminarSomos tantos los que le debemos tanto...
Pilar S-p (en facebook):
ResponderEliminarY la bondad se hizo hombre...
Gracias por el recuerdo y la oración por D. Cipriano. Somos testigos de la santidad de un salesiano que lo ha entregado todo por la Congregación. Gracias de corazón.
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