Ten compasión de este pecador
El publicano y el fariseo
A algunos que, teniéndose por justos, se sentían seguros de sí mismos y despreciaban
a los demás, dijo Jesús esta parábola:
“Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo, el otro, un publicano.
El fariseo, erguido, oraba en su interior «¡Oh Dios! te doy gracias, porque no soy
como los demás: ladrones, injustos, adúlteros, ni como ese publicano. Ayuno dos
veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo».
El publicano, en cambio, se quedó atrás y no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo,
sólo se golpeaba el pecho, diciendo: «¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador».
Os digo que éste bajó a su casa justificado, y aquél no. Porque todo el que se enaltece
será humillado, y el que se humilla será enaltecido”.
Lucas 18, 9-14
Comentario (José Joaquín Gómez Palacios, sdb) Una parábola muy propia de cuaresma. Muestra dos actitudes distintas de entender la fe y la relación con Dios. Jesús termina subrayando el amor de Dios que conoce el fondo del corazón humano. V.10: Dos hombres judíos "suben al Templo" de Jerusalén hacia las tres de la tarde. La hora de la oración. V.11: Uno era Fariseo, el otro recaudador de impuestos. Los fariseos son gente que cumple con la Ley de Dios, la conocen muy bien y son respetados por el pueblo. Los "publicanos" (recaudadores de impuestos), tienen fama de ladrones, estafadores... El fariseo se colocó en lugar visible y comenzó a rezar "a media voz", que era cómo tenían costumbre de hacerlo.
V.12: El fariseo es una persona cumplidora. La parábola pone en boca del fariseo una oración propia de los judíos del siglo I, que decía: «Te doy gracias Dios mío, porque me haces sentar entre los que escuchan tu enseñanza y no entre los que se sientan por los rincones de la calle. Gracias porque yo me pongo en camino para escuchar tu Palabra y ellos se ponen en camino para escuchar cosas vacías. Gracias porque yo corro hacia la vida del mundo futuro y ellos corren hacia la fosa de la perdición.» La Ley judía tan sólo obligaba a ayunar un día al año, el día de la Expiación y Penitencia por los pecados. Este fariseo ayuna, voluntariamente dos veces por semana. Paga el 10% de todas los productos, cuando tan sólo estaban obligados a pagar el 10% del grano, el mosto y el aceite.
V.13: El publicano es un recaudador de impuestos. El oficio de recaudador se otorgaba a quien mejor lo pagaba. Y esto creaba una "mafia", pues estos recaudadores se las ingeniaban para enriquecerse haciendo toda clase de trampas. Los publicanos eran despreciados y considerados como pecadores públicos. El publicano se coloca a cierta distancia. El "golpe en el pecho" es una forma de arrepentimiento conocida. Se golpeaban a la altura del corazón, con el puño, porque del corazón salen los malos deseos... El publicano arriesga mucho: Si se arrepiente deberá dejar su trabajo, y devolver todo lo que ha robado, añadiendo el 20%, que era lo habitual cuando un ladrón devolvía lo robado...
V.14: El verbo "justificar" significa que Dios le concede su gracia. Se trata de una expresión muy dura, casi incomprensible...En el Reino de Dios las cosas van a ser distintas. El Señor humillará a los orgullosos y ensalzará a los humildes.
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