Dijo Jesús a Tomás: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto”.
Felipe le dice: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta».
Jesús le replica: «Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mi ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: «Muéstranos al Padre»? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, hace sus obras. Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. Os lo aseguro: el que cree en mi, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre; y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré».
Juan 14, 7-14
Comentario (José Joaquín Gómez Palacios, sdb)Los apóstoles quieren saber cómo se llega a Dios. Y le preguntan a Jesús. Jesús inicia su respuesta enunciando una de las frases del evangelio que con mayor profusión han sido utilizadas por los cristianos de todos los tiempos: «Yo soy el camino, la verdad y la vida»
En tiempos de Jesús la palabra «camino» no sólo significaba senderos y calzadas que recorrían a diario. Poseía también un sentido filosófico y religioso.
En las comunidades cristianas, (a las que iba destinado el evangelio de Juan), existía una doctrina filosófica que ponía el acento en las ideas, las teorías y el conocimiento. Esta doctrina filosófica y religiosa se llamaba: «Gnosis» (conocimiento). Para ella «camino » significaba el recorrido que debe hacer un discípulo para llenarse de una sabiduría secreta. Para los gnósticos lo que da sentido a la vida, y trae la salvación, es tener alcanzar un conocimiento secreto y misterioso, ajeno a la realidad de la vida.
«Yo soy el camino»: Con esta expresión Jesús se pone a sí mismo como ejemplo de acción para la comunidad cristiana. El creyente, más que perderse en una fidelidad doctrinal, debe centrarse en la persona de Jesús y en el estilo de vida de quien actúa de forma real e histórica. Por eso el compromiso por la justicia y la liberación es lo que mejor nos identifica con las obras que Jesús hizo.
El educador cristiano se preocupa de la situación concreta de cada chico y chica. Es una persona que, siguiendo el ejemplo trazado por Jesús, realiza acciones encaminadas a ofrecer una salvación concreta a sus destinatarios.
Algunos textos del Evangelio gnóstico de Judas
- El destino de Judas
Jesús dijo a Judas: «Ven, yo te enseñaré el camino que conduce al Reino, pero sufrirás mucho porque para llegar al Reino deberás apartarte de los demás».
Cuando escuchó esto, Judas le dijo ¿Qué beneficio recibiré por haberme apartado de esta generación? Jesús le contestó: "Te convertirás en el decimotercero y serás maldito por los demás, pero tú serás importante. En los últimos días ellos maldecirán tu importancia".
- Jesús habla de la traición de Judas
Jesús dijo a Judas: «Tú me entregarás, y así podré liberarme del hombre que me reviste, y quedará libre mi divinidad»
- Judas traiciona a Jesús
Los sumos sacerdotes y escribas se acercaron Judas y le dijeron "¿Qué haces aquí? Tú eres discípulo de Jesús". Él les facilitó la información que ellos deseaban oír. Judas les entregó a Jesús a cambio de algo de dinero. Este es el final del Evangelio de Judas.
- 107. Jesús ha dicho: El Reino se asemeja a un pastor que tiene cien ovejas. Se extravió una de ellas, que era la más grande. El dejó las noventa y nueve, buscó a la una hasta que la encontró. Cansado aún por la búsqueda, dijo a esa oveja, «¡Te quiero más que a las noventa y nueve!»
- 033. Jesús ha dicho: Lo que escuches al oído, proclámalo desde el techo de tu casa a otros oídos. Pues nadie enciende una lámpara para ponerla debajo de un cesto ni la pone en un lugar escondido, sino que se coloca sobre el candelero para que todos los que entran y salen vean su resplandor.
- 013. Jesús ha dicho a sus discípulos: Comparadme con alguien y decidme a quién me asemejo. Simón Pedro le dice: Te asemejas a un ángel justo. Mateo le dice: Te asemejas a un filósofo del corazón. Tomás le dice: Maestro, mi boca es totalmente incapaz de decir a quien te asemejas. Jesús dice: No soy tu maestro. Y le lleva consigo a un lugar apartado y le dice tres palabras: áhyh ashr áhyh (Soy el que soy). Cuando Tomás vuelve con sus compañeros, le preguntan: ¿Qué te dijo Jesús?. Tomás les dice: Si os dijera una sola de las palabras que me ha dicho Jesús, cogeríais piedras para lapidarme. Pero saldría fuego de las piedras para quemaros.
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