Logo AAAADB

¿Cómo puedo darme de alta como socio o socia?

Rellena la Solicitud de federación y háznosla llegar al correo secretaria@aaaadb-trinidad.org, o entréganosla directamente en nuestra Asociación.
Instagram Twitter Facebook WhatsApp

Convivencia El Milagro de las castañas 2024


6/may de 2015, Miércoles 5º de Pascua

Permaneced en mí y yo en vosotros
Dijo Jesús a sus discípulos:
«Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros.
Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada.
Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmientos, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos».
Juan 15. 1-8

Comentario (José Joaquín Gómez Palacios, sdb“Permanecer” es estar unidos, estrechamente ligados. Es depender, es dar por haber recibido primero, ya que no depende de nuestras propias fuerzas. Por otra parte, la imagen de la vid es la imagen de todo un pueblo; un pueblo que debe dar frutos abundantes.
El acento en este primer trozo no está en los frutos, aunque debe darlos, sino en que sólo puede hacerlo si “permanece”. Permaneciendo es como se ofrece una cosecha abundante, que es para lo que la vid es plantada.
La importancia de los frutos es tradicional en Israel, y remite al “derecho” y la “justicia”, es decir a la respuesta fiel al proyecto de Dios. Por el contrario, los frutos de la opresión e injusticia revelan que muchas ramas deben ser podadas. Pero la palabra de Jesús, esa que cuidamos y nos compromete al amor, va limpiando y podando para que los frutos sean siempre conforme a la voluntad de Dios. Pero ese fruto, no es un “simple” fruto de derecho y justicia, es un fruto divino, es consecuencia de “permanecer” unidos a Jesús que, a su vez, permanece unido al Padre Dios.
¿Qué fruto se espera de los que permanecen unidos a Jesús? Eso lo dirá en los versículos siguientes, pero lo que ya sabemos es que esos frutos que espera el viñador (el Padre) no los podremos dar separados de la vid (Jesús).
En cambio, quienes han cuidado el mandamiento del amor, cuidan del hermano; se vuelven capaces de dar la vida por ellos y entonces hacen fructificar el proyecto divino.
Así, en la solidaridad, en el establecimiento del derecho y la justicia, Dios es glorificado.
La viña y sus frutos
Los viñedos se han cultivado durante milenios en las laderas de toda la tierra de Israel. Múltiples referencias bíblicas describen la viña: «Mi amigo tenía una viña plantada en una ladera. La cavó y despedregó. En ella plantó las mejores cepas. Edificó una torre en medio de ella, y además excavó un lagar. Y esperó que diese uvas..» (Isaías 5, 2)
«Un hombre plantó una viña, la cercó con un vallado y cavó en ella un lagar; edificó una torre y la dio en renta a unos labradores» (Mateo 21, 33)
En estos dos textos se describen los elementos que conforman una viña.
El pueblo de Israel descubre la importancia de las viñas cuando se adentra en la tierra de Canaán tras el Éxodo y la travesía del desierto del Sinaí.
Tan importante llegó a ser la viña y el vino, que se convirtieron en símbolo del pueblo de Israel y de los tiempos del Mesías respectivamente. Yahvé fue siempre el dueño de la viña (del pueblo) que la cuida y mima con esmero.
La vendimia tiene lugar en el mes de septiembre. Las familias iban a vivir junto a la viña. La vendimia se vivía como una fiesta. A fin de vigilar de cerca las viñas, los campesinos se trasladaban a vivir a unas torres edificadas en el mismo viñedo. (Ver imagen)
Las uvas frescas se consumían con pan. Era un alimento muy apreciado. Otras uvas se destinaban a la preparación de pasas. Puestas a secar al sol se giraban y rociaban con aceite de oliva para mantenerlas húmedas. Abigail, la princesa del desierto, conquistó a David mandándole «cien racimos de uvas pasas» (1 Samuel 25, 18)
También fabricaban miel de uvas. Para ello hervían el mosto hasta que éste se espesaba.
La mayor parte de los racimos se destinaban a la fabricación de vino, para lo cual disponían de un lagar junto a cada viña.

Entradas relacionadas:

  • 11/mar 2015, Miércoles 3º CuaresmaGrande en el reino de los cielos No he venido a abolir la Ley Dijo Jesús a sus discípulos: “No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Os aseguro que antes pasarán el … Leer más
  • 12/mar 2015, Jueves 3º de CuaremaEl que no está conmigo está contra mí O conmigo o contra mí Jesús estaba echando un demonio que era mudo y, apenas salió el demonio, habló el mudo. La multitud se quedó admirada, pero algunos de ellos dijeron: “Si echa los d… Leer más
  • 10/mar 2015, Martes 3º de Curesma Perdonar para ser perdonados Se adelantó Pedro y preguntó a Jesús: "Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonar? ¿Hasta siete veces?" Jesús le contesta: "No te digo hasta siete veces, sino hasta se… Leer más
  • 13/mar 2015, Viernes 3º de CuaresmaAmarás a tu prójimo como a ti mismo ¡Escucha, Israel! Un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: “¿Qué mandamiento es el primero de todos?” Respondió Jesús: «El primero es: «Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el ún… Leer más
  • 14/mar 2015, Sábado 3º de Cuaresma Ten compasión de este pecador El publicano y el fariseo A algunos que, teniéndose por justos, se sentían seguros de sí mismos y despreciaban a los demás, dijo Jesús esta parábola: “Dos hombres subieron al templo a orar. U… Leer más

0 comments:

Publicar un comentario

Si no puedes publicar comentarios, envíalos a comentarios_blog@aaaadb-trinidad.org indicando a qué entrada asociarlo y nosotros lo publicaremos por tí.